The non-nurturing manifestation of the Cosmic Matriarch is an entity known as Gua Ban Cesh, the Wild Mother. In this manifestation she represents untamed and untameable Mother Nature. She reminds us of our true fragility, that we never have and never will master our environment, that we are actually just as vulnerable to the unwise decisions that we make when we alter it as any other living creature.
Gua ban Cesh manifests in the awful force of a hurricane, the terrifying upheaval of an earthquake, the grizzly fury of a rampaging volcano such as those that dot the smaller eastern islands of the Caribbean region.
The Tainos represented Gua Ban Cesh in stone carvings as an erupting volcano in the shape of a female breast. From its summit the great fire-mountain spews forth a stream of lava that snakes down its side in the form of the Cosmic matriarch’s sacred animal, the serpent. At the bottom, the great lava serpent opens its all-consuming maw, teeth gritted fiercely, to eat up everything in its fiery path.
Esta es la manifestacion de Ata Bey cuyo afan no es mimarnos como hijos queridos. Es un aspecto de la Madre Cosmica mucho mas dura y feroz. Esta es la version de la madre Tierra, la Madre de la Naturaleza que nos recuerda de nuestra verdadera fragilidad, nuestra infinita vulnerabilidad, que al contrario de todo lo que arrogantemente pensemos de si mismos, no somos due~os y se~ores de nuestro medio ambiente. Nos recuerda que somos simplemente otra especie de seres vivientes, sometidos al los mismos peligros y las mismas consequencias de nuestras acciones que impactan a otros seres vivientes.
Gua Ban Cesh se manifiesta en la fuerza espantosa del huracan, los estragos de un terremoto, la furia de un volcan como los tantos que existen en las peque~as islas de la zona oriental del mar Caribe.
Los antiguos tainos representaron a Gua Ban Cesh en sus esculpturas de piedra en la imagen de una gran monta~a de fuego con forma de un ceno femenino. Desde su cumbre la monta~a de fuego emite una larga franja de lava en forma de serpiente. El reptil incandente se enrosca al redeor del cono mamiforme, volcanico hasta llegar abajo, donde de repente el extremo de la corriente se convierte en una cabeza de boa constrictora mistica, con la boca abierta como para devorarse todo lo que encuentre en su camino.